Michoacán en la Denominación de Origen Mezcal: La Historia de Don Lupe

Don Lupe - Gotas de Dios

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Hay historias que se cuentan al calor del fogón, con una copita de mezcal en la mano y la mirada perdida en el horizonte de la sierra. Historias que no solo se dicen: se sienten. Una de ellas es la de Don Lupe, el hombre que no solo destilaba mezcal, sino también resistencia, memoria y esperanza.

El Origen de una Leyenda

En lo alto de las montañas boscosas de Charo, donde la neblina se enreda entre los agaves al amanecer, nació lo que hoy conocemos como Mezcal Gotas de Dios. Mucho antes de que existieran etiquetas o certificados, ya se hablaba del mezcal que goteaba lento en las vinatas de barro, cocido a fuego lento y con el alma de la tierra en cada gota.

El responsable de custodiar este legado era Don Lupe, un maestro mezcalero forjado en el silencio de la montaña, en el lenguaje del agave y el murmullo de los ancestros. Pero Don Lupe no se conformó con preservar la tradición. Él sabía que para protegerla, había que organizarse.

Don Lupe: Presidente de la Asociación Michoacana de Mezcaleros

Don Lupe encabezó un movimiento que marcó un antes y un después para los productores de mezcal en Michoacán. Como presidente de la Asociación Michoacana de Mezcaleros, lideró una causa que muchos creían imposible: que Michoacán fuera reconocido oficialmente dentro de la Denominación de Origen Mezcal (DOM).

Fueron años de reuniones, propuestas, viajes, trámites y resistencia. Algunos decían que el mezcal michoacano no tenía identidad, que no tenía historia. Pero Don Lupe, con su temple inquebrantable, demostró que la historia estaba escrita en cada planta de agave endémico, en cada horno cónico, en cada molienda a mano con mazo de encino.

La Victoria del Pueblo Mezcalero

En 2012, gracias al esfuerzo conjunto de productores, académicos, comunidades rurales y la Asociación encabezada por Don Lupe, Michoacán fue finalmente incluido en la Denominación de Origen Mezcal. Fue un triunfo que resonó desde las barrancas hasta los palenques. Un reconocimiento que, más allá del papel, validaba siglos de tradición.

Don Lupe no buscó gloria personal. Para él, el mezcal era un bien común. Una herencia viva que debía compartirse con dignidad y respeto.

Mezcal Gotas de Dios: Herencia y Reverencia

Hoy, Mezcal Gotas de Dios honra esa historia. No solo como una bebida, sino como un símbolo de lucha, identidad y comunidad. Cada gota que sale de nuestras vinatas en Tzitzio es un homenaje al hombre que nos enseñó que el mezcal no se trata de moda ni de mercado: se trata de memoria, raíz y territorio.

Don Lupe, hoy convertido en leyenda viviente de la sierra, sigue guiando nuestro camino. No desde un escritorio ni un anuncio, sino desde cada copa levantada al cielo. Desde cada joven que decide aprender el oficio. Desde cada agave que madura lento, sabiendo que forma parte de algo más grande.

Vive la experiencia del verdadero Mezcal Michoacano, porque el mezcal —como la historia— se respeta.
Y si hay una gota que lo representa, es la de Gotas de Dios.

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